El cáncer de cuello uterino
constituye la neoplasia más frecuente de la mujer en la mayor parte de los
países del mundo (compite por el 1er lugar con el Cáncer de Mama). Anualmente se reportan en el mundo más de
500 mil casos nuevos y alrededor de 250 mil muertes por este tipo de cáncer; en
Venezuela, las últimas cifras disponibles reportaron para el año 2008 4116 casos nuevos y 1853 muertes
por cáncer de cuello uterino en el país, es decir, una tasa de muertes diarias por esta
causa.
Virus de Papiloma Humano, aspectos clínicos.
A través de los años, se han descrito más de 200 tipos de VPH los
cuales se dividen en alto riesgo,
oncogénicos o asociados con cáncer, y de bajo riesgo o no oncogénicos. Los
tipos de alto
riesgo más comunes son el 16 y el 18; el VPH 16 se encuentra en casi la mitad
de todos los
cánceres de cuello uterino, mientras que el VPH 18 representa entre un 10% y un 12% de los cánceres de cuello
uterino. Entre los tipos comunes de bajo riesgo están: 6, 11, 40, 42, 43, 44, siendo los tipos
6 y 11 los tipos que se encuentran con más frecuencia en las verrugas genitales.
La infección por el virus de papiloma humano (VPH) constituye la
enfermedad de transmisión sexual más
frecuente. Se ha determinado que el cáncer cervical tiene su origen inicial en
esta infección,
que puede generar lesiones clínicas, subclínicas o latentes, pero son las
mujeres las más
vulnerables a la infección, debido a que poseen un epitelio plano estratificado
no queratinizado, con poca resistencia a la fricción, bacterias y virus,
permitiendo que lleguen a estratos
basales.
El principal mecanismo de transmisión es el contacto sexual,
mediante el contacto directo de piel
con piel y con más frecuencia durante el contacto genital con penetración;
también puede
haber transmisión de la infección mediante contacto oral-genital o
manual-genital, pero
estas vías de transmisión no son tan frecuentes
Evolución
El factor de riesgo más importante en la patogenia del cáncer de
cuello uterino es el VPH.
Una vez que alcanza el epitelio
cervical se aloja en la zona de transformación cervical y puede desde allí progresar a
una diferenciación cilíndrica endocervical o escamosa
exocervical. Cuando coexisten en
la paciente infectada por el VPH otros factores de riesgo (tabaquismo, alta paridad, uso de
anticonceptivos orales, alteraciones del estado inmunitario, promiscuidad, infecciones
vaginales…), las lesiones in situ progresan al Adenocarcinoma Invasor y Carcinoma Escamoso
Invasor. El tiempo de evolución desde la primera exposición al virus y la aparición del
carcinoma invasor el aproximadamente 10 años, aunque este tiempo promedio es extremadamente
variable.
Lesiones Pre-malignas
Como se menciona anteriormente, el cáncer de cuello uterino se
puede desarrollar a partir de
cualquiera de los tejidos que componen el mismo (exocervix o endocérvix). Va a
estar precedido
por una fase generalmente larga en el tiempo (10 años aprox.) de enfermedades preinvasoras, conocidas también
como lesiones premalignas. El término displasia de cuello uterino se introdujo a
finales de los años 50 para designar la atipia epitelial cervical intermedia
entre el epitelio normal y el carcinoma “in situ” (células carcinomatosas en
todo el espesor
del epitelio sin interrumpir la membrana basal).
Richart, en 1969, publicó que el cáncer cervical invasivo de
células escamosas es el resultado final de la atipia displásica intraepitelial progresiva que sucede
en el epitelio metaplásico de
la Zona de Transformación (ZT) cervical. Fue pionero en la
investigación de la historia natural de los precursores del cáncer cervical, proponiendo el término de
Neoplasia Intraepitelial Cervical
(NIC o CIN) para explicar el espectro de daño tisular, estableciendo tres
grados de afectación:
CIN I o displasia leve, CIN II o displasia moderada y CIN III o displasia
grave/ carcinoma
in situ.
Con la confirmación de las teorías etiológicas que relacionaron el
cáncer de cérvix y la infección
por VPH surgió la necesidad de modificar la terminología usada hasta entonces, sobre todo en el campo de la
citología. Así es como surgen las sucesivas clasificaciones de Bethesda (reuniones de expertos
en Patología que se realizaban en la ciudad de Bethesda, Maryland, USA) cuya última
edición en 2001 pretende adaptarse a los nuevos conocimientos y a las preguntas que todos se
hacían.
A continuación se muestra la evolución de la terminología
utilizada para describir las lesiones
pre-malignas:
Sintomatología
La mayoría de los cambios anormales en las células del cuello
uterino ocurren sin causar ningún
síntoma en etapas iniciales. En etapas avanzadas, el sangrado vaginal anormal (sangrado entre los periodos
menstruales, sangrado post-coital, sangrado posterior a menopausia…) es uno de los síntomas
de alerta del cáncer cervico uterino y obliga a la ,paciente a consultar. Otros
síntomas asociados poco específicos para cáncer cervical son: ,dispareunia, dolor pélvico,
debilidad, pérdida de peso, entre otros.
Estadificación
En el manejo del paciente oncológico la estadificación permite al
clínico orientar los esfuerzos
terapéuticos y estimar la supervivencia, aspecto de profundo
interés para el paciente. A continuación
se presenta un esquema que correlaciona el estadio con la supervivencia a los 5 años, y como se modifica esa
supervivencia dependiendo del estadio en el que llega la paciente a su primera consulta.
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