VIH/SIDA EN EL MUNDO LABORAL [Medicina Interna] [Información]

Paciente con VIH/SIDA en el Mundo Laboral

El término Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) fue acuñado por los epidemiólogos en el año 1981 para definir a un conjunto de patologías relacionadas con la pérdida de la inmunidad celular en adultos que no mostraban una causa evidente para tales afecciones. En la actualidad se sabe que el SIDA corresponde a la etapa clínica final de la infección con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). El VIH es un virus con una afinidad aumentada por las células del sistema inmunitario, específicamente los linfocitos TCD4+.

La tasa de nuevas infecciones por VIH, desde el primer caso diagnosticado en 1982 hasta la actualidad, ha presentado una progresión exponencial generando repercusiones sociales, económicas y laborales en todos los países del mundo, especialmente aquellos en vías de desarrollo y subdesarrollados, que desafortunadamente son los países con las tasas incidencia y prevalencia más altas.

Este número tan importante de afectados, específicamente en los grupos etáreos productivos de la población, ha obligado a los entes gubernamentales a analizar la repercusión del SIDA en el ámbito laboral, en términos de discriminación, prevención e inclusión; aspectos que se encuentran íntimamente relacionados a la percepción social de la enfermedad y sus mecanismos de transmisión humano-humano, los cuales deben tenerse en cuenta siempre.

La transmisión se produce de persona a persona por contacto sexual, ya sea homosexual o heterosexual, sin protección; por contacto de la piel excoriada o las mucosas con líquidos corporales, como sangre, líquido cefalorraquídeo o semen; por el uso de agujas y jeringas contaminadas por el virus; por transfusión de sangre infectada o sus derivados, y por el trasplante de órganos y tejidos infectados por el VIH. El VIH también puede transmitirse de madre a hijo (transmisión vertical). Entre 15% y 30% de los niños nacidos de madres positivas para el VIH se infectan por procesos placentarios durante el parto. Las mujeres infectadas por el VIH pueden transmitir el virus a sus hijos con la leche materna.

Es de suma importancia aclarar que si bien ocasionalmente se ha descubierto al virus en la saliva, las lágrimas, la orina y las secreciones bronquiales, no se ha notificado que se produzca transmisión después del contacto con tales secreciones.

Repercusión del SIDA en el ámbito laboral

Atendiendo a los mecanismos de contagio, es claro que salvo en profesiones muy concretas, el SIDA no constituye un riesgo en la práctica laboral debido a que en la inmensa mayoría de los ambientes laborales, oficios o profesiones el trabajo no entraña ningún riesgo de adquisición o transmisión del VIH de un trabajador a otro, de un trabajador a un cliente o de un cliente a un trabajador.

Por otra parte, en algunos casos se ha visto renuencia de los compañeros de trabajo y de los empleadores a permitir el desempeño laboral a personas en etapa SIDA con manifestaciones de infecciones oportunistas; sin embargo, es válido destacar que esas infecciones no van a perjudicar el estado de salud de las personas que rodean al trabajador con SIDA porque solo se presentan en estados de inmunosupresión, y en caso de que coexistan en un mismo ambiente de trabajo personas con trastornos inmunosupresores solo se deben tomar medidas preventivas para evitar la adquisición de cualquiera de esas infecciones oportunistas.

En último caso, se puede enviar al trabajador con SIDA a cumplir el tratamiento retroviral en su domicilio y en cuanto este tratamiento tenga los efectos terapéuticos y se contengan las infecciones oportunistas se puede reintegrar a su puesto de trabajo.

Puestos de trabajo de alto riesgo

Es claro que existen profesiones con riesgo mayor de adquirir y en el caso del trabajador con SIDA transmitir la infección. Los puestos de trabajo considerados críticos en la transmisión del VIH son primeramente aquellos del área de la Salud que manejan diariamente otros seres humanos y tienen a su disposición múltiples puertas de entrada para transmitir el virus, y también multiples factores de riesgo que hacen vulnerable al trabajador y favorecen la transmisión, estas situaciones son: manejo de instrumental médico-quirúrgico (bisturí, hojillas, tijeras, agujas,…), realización de procedimientos de alto riesgo de transmisión (cirugías, cambio de curas y mantenimiento de heridas, suturas, toma de gases arteriales, manejo de hemoderivados.

Los profesionales de la salud, considerados de alto riesgo para transmisión del VIH, son:

• §  Personal Médico y Paramédico
• §  Personal de Enfermería
• §  Personal de Bioanálisis y asistentes de laboratorio: citotecnólogos, histotecnólogos,…
• §  Hemoterapistas
• §  Odontología

Existen otras profesiones de riesgo que en el desempeño de sus funciones pueden estar propensos a transmitir el VIH por factores primarios o secundarios, estas son: fuerzas del orden público, servicio de bomberos, trabajadores en ambientes laborales con riesgo de heridas, servicio de cocina, servicio de acupuntura, trabajadoras(es) sexuales, trabajadores en contacto constante con instrumentos filosos, entre muchos otros.

Es importante mencionar que los portadores o enfermos de SIDA no deben cesar, involuntariamente, su actividad laboral, mientras estén médicamente en condiciones de desempeñar un empleo apropiado. Si la infección por el VIH menoscaba la aptitud para el trabajo, se tomarán medidas para un cambio razonable de las condiciones de trabajo.

Respaldo Social en el ambiente Laboral

En los últimos años los empleadores y los sindicatos a nivel mundial han establecido programas sobre el VIH-Sida en el lugar de trabajo. Los más eficaces son los que involucran en los procesos de planificación y supervisión a trabajadores y representantes de la dirección, servicios sanitarios y comunidades locales. Los componentes recomendados de un programa sobre el Sida en el lugar de trabajo incluyen:

• §  Políticas equitativas sobre el VIH-Sida, comunicadas ampliamente y ejecutadas apropiadamente, con el fin de contrarrestar el estigma y la discriminación.
• §  Educación preventiva continuada sobre el VIH-Sida, tanto formal como informal, para todos los trabajadores, en particular a través de iniciativas de educación entre pares.
• §  Fomento y distribución de preservativos.
• §  Diagnóstico, tratamiento y asistencia de enfermedades de transmisión sexual, tanto para los empleadores como para sus parejas.
• §  Asesoramiento y pruebas voluntarias del VIH-Sida.